Sabe a verde la brisa.

Las flores van y vienen

mesando tus cabellos.

El principio de todo.

Los cuerpos, derramados,

se mecen en los pétalos del tiempo

y escriben su pasión

en los húmedos surcos de la vida.

Nacimos en un campo de violetas

cubiertos del azul de la mañana,

empapados de furor y de rocío.

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