Cada vez que salía del psicólogo, Juan Carlos la llevaba a merendar a una pastelería francesa en la que se servían las mejores milhojas de crema de la ciudad. El hojaldre estaba fresco, crujiente, bien

¿Cómo se empieza de nuevo
cuando empezar debiera ser
un verbo hermoso y transparente,
ligero de memorias,
de deudas y reproches?
Me bañé en el viento azul
de una tibia mañana de septiembre,
cuando se para el tiempo en la marea
y los niños melancólicos y rubios
miran hacia el mar desde el colegio.
Quien nada en el azul
nunca regresa indemne a las orillas.
El horizonte azul de la ciudad ha curado mi grisura. Ahora vivo del viento, de las ramas de mi árbol genealógico, de mi propia memoria
Con el tiempo pisando tus talones y quemando el porvenir en tu rostro lo soñado. El equilibrio es una duna ardiente empujada por los vientos
Solo a ti te revelé mi nombre.
Cómo imaginar que lo destrozarías
sílaba a sílaba
dejando mi alma a la intemperie.
He vuelto a vivir en una gruta.
Juego en ella con el tiempo,
con la luz,
con la tristeza.
La cuestión de la palabra revolotea continuamente a lo largo de la novela (“Que él se haya atrevido a hablar así. Que lo haya verbalizado de esa forma. ¡Ha de ser una maravilla ser hombre!”). Mariana, antes de morir, decide regresar al credo judío que dejó al casarse en su juventud.
Entrevista a Albert Einstein Tirso Priscilo Vallecillos (XII Premio de Poesía Federico Muelas) TREA 120 PÁGS. El nuevo libro de poemas de Tirso Priscilo Vallecillos se abre con una cita de Albert Einstein a propósito del círculo: “el círculo es la figura geométrica que mejor representa la naturaleza humana: con
Conforme la historia se acerca a su final, el punto de vista regresa a Brahim, nuevamente en Alhucemas, ahora a cargo de la panadería en la que trabajaba su hermano Musa, gravemente enfermo, cuya cordura parece haberse perdido definitivamente en el recuerdo del desierto.
¿Cómo se empieza de nuevo
cuando empezar debiera ser
un verbo hermoso y transparente,
ligero de memorias,
de deudas y reproches?
Cada vez que salía del psicólogo, Juan Carlos la llevaba a merendar a una pastelería francesa en la que se servían las mejores milhojas de crema de la ciudad. El hojaldre estaba fresco, crujiente, bien
Casi había terminado de escribir el último capítulo de la novela. Sus obligaciones parroquiales estaban resultando ser agotadoras desde que se instalara en su nueva residencia, un pequeño pueblo de la sierra granadina. Debía de
José María García Linares (Melilla, 1977) fue, junto con los poetas Antonio Revert y Ernesto Suárez, uno de los organizadores del primer festival poético Voces del Extremo Tenerife, en 2017.
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