Categorías
RESEÑAS

BICICLETAS DE LA INFANCIA

Soñar con bicicletas

Ángeles Mora

EDITORIAL TUSQUETS

Cuando recordamos (o imaginamos) nuestra infancia, es muy común que compartamos con quienes nos acompañan en la conversación imágenes como la de un castillo de arena, una rodilla raspada, una carrera por un parque o un paseo en bicicleta. Nos resulta inevitable sonreír porque, para varias generaciones, los veranos en España han sido azules y el final del mes de agosto ha ido llegando, un año sí y otro también, entre la nostalgia de acordeón y el frenesí adolescente de unos pedales. El tiempo vuela, como nos enseña la cultura popular. Vuela, se esfuma, huye. Como queramos. La cuestión es que siempre se nos escapa y con él la presencia no solo de una parte de nosotros mismos, sino también de las voces y los rostros con los que hemos compuesto la canción de nuestra propia vida. La memoria salva, qué duda cabe, pero es una salvación a medias, porque quien rememora es consciente de que lo está haciendo, de que está rescatando del olvido lo que no debe perderse en sus pantanos, de que necesita de ese recuerdo para levantarse del sofá y seguir viviendo. Quizás sea el sueño el que verdaderamente restituya, aunque sea por un instante, lo que en un momento determinado estuvo a nuestro lado. Soñar es un juego, un juego en el que participamos sin previo aviso y en el que el tiempo ha vulnerado sus propias reglas. A veces no es más que una reiteración. Otras, una posibilidad de experimentar lo mismo, pero de otra manera.

            Soñar con bicicletas es el nuevo libro de poemas de Ángeles Mora tras los galardones del Premio de la Crítica en 2015 y del Premio Nacional de Poesía en 2016. Como la niña que, segura, suelta el manillar y pedalea ligera sobre la luz del viento, la voz poética afronta sin tapujos la cotidianidad, la historia, el dolor y la memoria. Machadiana en los colores del tiempo, insumisa frente a la palabra del poder, herida por el mero hecho de vivir y salvada, precisamente, por sentirse herida, su palabra nos recuerda que la poesía siempre es algo que se construye, como la historia. De la mano de María Zambrano, Concha Méndez, Rafael Alberti, Emily Dickinson, John Lenon o Joan Manuel Serrat entre otros, los versos de Ángeles Mora apuntalan un imaginario familiar para sus lectores, en esta ocasión enriquecido y concretado. Madurez vital que no puede sino ser madurez poética, porque vivimos solo cuando somos capaces de decir la vida. Cuerpo-texto que respira y se define, que existe y que se escribe en las alegrías y los sinsabores del día a día. Texto-cuerpo que pedalea, que sueña, que ama y que añora. Otro imprescindible.

(Diario Ideal, La página de los libros, 17/09/2022)

Categorías
RESEÑAS

TITUBA Y YO

Yo, Tituba, la bruja negra de Salem

Maryse Condé

(Traducción de Martha Asunción Alonso)

IMPEDIMENTA, 298 PÁGS.

Quizás, para leer Yo, Tituba, la bruja negra de Salem, debamos empezar por el final, por la “Nota histórica”. Los conocidos juicios contra las brujas de Salem comenzaron en 1692 con la detención Sarah Good, Sarah Osborne y Tituba, pero las acusaciones se extendieron posteriormente a otras localidades cercanas. La historia es de sobra conocida. Diecinueve mujeres ahorcadas y otras muchas encarceladas siguen hoy danto testimonio de ese fanatismo religioso que apesta desde los confines de la historia a machismo y a dominación. Por los datos que se conservan de los juicios, sabemos que, en 1693, un año después, Tituba, que había sido encarcelada, es vendida como esclava a cambio de que su comprador se ocupara de los gastos de su encarcelamiento. A partir de ahí, le perdemos la pista. Y creemos que era importante empezar esta reseña por el final porque ahora entenderemos mejor las palabras que Maryse Condé (1937) sitúa incluso antes de la cita del poeta John Harrington. Condé escribe que “Tituba y yo convivimos en la más estrecha intimidad durante un año. En el transcurso de nuestras interminables conversaciones me contó todas estas cosas. Nunca se las había confesado a nadie”. Es decir, la autora ha construido una biografía ficticia para dar voz a un personaje histórico del que desconocíamos casi todo.

            Originalmente, Yo, Tituba… fue publicada en francés 1986. Aunque Maryse Condé, Premio Nobel Alternativo en 2018, es de sobra conocida por textos como La deseada (1997), Corazón que ríe, corazón que llora (1999) o La vida sin maquillaje (2012), la historia de Tituba la consolida para los lectores españoles como una de las figuras más relevantes de la literatura contemporánea.

Con muy pocos años de edad, Tituba descubre, primero, que su madre nunca la había querido y, seguidamente, que tiene la capacidad de conectar con los muertos. Ambos hallazgos van a ser determinantes para su futuro.  El relato está inteligentemente construido a partir de la oposición de contrarios: amor/desamor, blanco/negro, vida/muerte, esclavitud/libertad, cristianismo/paganismo, Barbados/Boston, que no son sino materializaciones de ese vínculo entre el protestantismo y el capitalismo, esto es, de la lógica moderna de la explotación. El mundo natural, indígena, autóctono de Tituba mantiene un pulso desesperado contra la (i)racionalidad colonial que lo va arrasando todo. A pesar de la derrota, de las violaciones, del sufrimiento y los asesinatos, la mirada de Tituba es demoledora en tanto en cuanto va desmontando con su testimonio toda argumentación legitimadora del gran relato del capitalismo: “Los blancos arrancaban a miles y miles de nuestros hermanos de las tierras de África. Y no éramos el único pueblo esclavizado: los blancos también sometieron a los indios […]. No te imaginas la manera en la que los tratan. Me han contado cómo los blancos los desposeyeron de sus tierras, cómo diezmaron sus rebaños y repartieron entre su gente “el agua de fuego”, que acaba con cualquiera en un abrir y cerrar de ojos. […] Al haber hecho tanto daño a sus semejantes, a unos por tener la piel negra y a otros por tenerla roja, ¿es posible que se esa la razón por la que los blancos andan tan obsesionados con el pecado?”. 

Conforme avanza la lectura, y pese al sufrimiento de la protagonista, tiene uno la sensación de que la verdad de Tituba ilumina, resignifica, religa al ser humano con el alma de una naturaleza olvidada que tanto necesita de la memoria perdida. El amor y la pasión de Tituba, su resistencia honesta, su capacidad para conectar con los invisibles, las arboledas mágicas o la inolvidable Man Yaya funcionan como contrapunto a uno de los episodios más vergonzantes de la historia y ofrecen al lector, aunque débil, un rayo de esperanza.

(Revista Quimera, n.º 465)

Categorías
Libros de Poesía

ILUMINACIÓN

Una pequeña iluminación,

un breve destello en mitad de la noche.

Volvieron tu rostro y tu palabra

a navegar las aguas de mis sombras.

Como la llama que dibuja

los contornos de la niebla espesa,

así guiaste la memoria

hasta la orilla en que reposa

el aliento efervescente

de una juventud perdida.

La lluvia, la belleza,

lo que pudo ser y lo que fuimos,

lo que cabe en un instante,

todo aquello que detuvo el tiempo.

La oscuridad, tras el relámpago,

se posa nuevamente entre las sábanas.

En el silencio de la negra noche

el eco de una mano enamorada

rozando el labio efímero del viento.